
Uno de los principales errores a la hora de iluminar una habitación es no tener en cuenta las diferentes ocupaciones que entraña o que nos gustaría llevar a cabo. Por eso, tu primer paso debe pasar inexorablemente por analizar la habitación, el espacio y sus usos. Una vez hecho esto, podrás diseñar diferentes zonas y rincones que, correctamente iluminados, te permitirán disfrutar de cada habitación de una manera mucho más rica e intensa.
¿Luz cálida o luz fría?
En iluminación, como en la mayoría de las cosas, la importancia radica en los detalles. ¿Cuántas veces no hemos entrado a una casa y nos hemos sentido como en la fría sala de espera de un consultorio médico? Y es aquí donde el factor de la “temperatura” o “color” de la luz juega un papel esencial. Es entonces cuando surge la duda: ¿Luz cálida o luz fría? Pues depende, como veíamos, del espacio y su uso. Por regla general, para los rincones de lectura, las mesas de trabajo, cocina, baños y la mesas de comedor, se recomienda el uso de luces frías que no desvirtúen los colores; mientras que para crear la iluminación ambiental de las habitaciones, lo más habitual es recurrir a la utilización de una luz cálida mucho más amable y acogedora.
Utiliza luces LED
Cuando aparecieron los LED tenían dos grandes inconvenientes: su elevado precio y su “temperatura” excesivamente fría. Con el paso de los años esas desventajas han desaparecido, y si su precio ha pasado a ser más que asequible, también pueden encontrarse ya en toda una gama completa de temperaturas y adaptadas a cualquier tipo de luminarias.
Lamparas, tu mejor opción
Toda habitación debe contar con un circuito de iluminación general capaz de iluminarla por completo. Estos sistemas no solamente van asociados a un mayor número de luminarias, y al consecuente incremento de la factura de la luz, sino que lo más probable es que también consigan iluminar excesivamente la habitación para determinados usos. Por esa razón, uno de los mejores recursos a los que puedes acogerte es a crear una ambientación paralela, mucho más sutil, a base de pequeños puntos de luz formados por lámparas de pie y de mesa. Con ellas no solamente lograrás cambiar por completo las sensaciones que te provoque una habitación, sino reducir el precio de tu factura
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